Todos sabemos que cada palabra que decimos, cada gesto influye en los niños. SI educamos y tratamos bien a los niños tanto en casa como en la escuela se desarrollara con una buena autoestima. Hagamos que sea de una forma positiva, porque todo influye en su desarrollo.
Educando la autoestima nos podemos acercar más a la infancia
Muchos de los adultos no nos conocemos ni a nosotros mismos como para pretender que los niños se conozcan así mismos. Muchos de nosotros vivimos con una mochila llena de prejuicios y con tendencia a ver todo negativo, y a la crítica. Por eso digo que cada gesto y cada palabra influye en los niños de forma consciente y tenemos que tener cuidado ya que su autoestima está en juego.
Desde la escuela hay que educar en la autoestima, y para ello no se puede seguir mandado actividades individuales centradas solo meter conceptos. Y ahora que ya a caballo de la tercera evaluación los profesores empiezan a tomar nota e escribir un informe de cada niño, de las dificultades que tiene cada niño para que a profe del año que viene las lea.
Y eso es marcador. Ya no nos estamos sentado a la misma altura, partiendo desde que les gusta a los niños, desde sus actitudes, sus preocupaciones, de que como vemos la vida y de ahí es se conoce cada niño.
Quitemos esa mochila que nosotros mismos les colocamos a veces sin darnos cuenta.
Lo que decimos puede influir negativamente en los niños
¿Por qué digo todo esto? Me pasó que ahora haciendo unos talleres me dijo la profe mira, a éste ni caso. Sinceramente eso ya me condicionó. Por un momento no supe cómo actuar con respeto a ese niño y me dio mucha rabia. Reflexione y decidid que aquello no me iba a influir, y me acerca a él para tener una actitud más abierta.
Al terminar el taller el niño se había portado estupendamente, nada que decir, nada que objetar. Por favor dejemos de proyectar en los niños nuestra frustración. Si tenemos en cuenta la cooperación, es lo que más tenemos que estimular. Ser conscientes de todos somos iguales y al mismo tiempo todos somos diferentes y que esa diferencias hacen que nos enriquezcamos.
Creo que todos tenemos un talento, algo en que destacar. Y por naturaleza todos tenemos deseo de sentirse escuchado, de ser útiles, y ser queridos. Esto pasa en el trabajo, la calle y en las tribus de cualquier continente.
Educar en la felicidad está bien pero…
Educar en y hacia la felicidad está genial pero eduquemos también en la frustración, en la resiliencia, en el respeto, en el esfuerzo, y en la gratitud. De esta manera, abordarás otros temas como la envidia, la avaricia pero desde otra vertiente más positiva.